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Mamá y los demonios de Marina

Aracelis García

Septiembre 2019

A Marina se la van a llenar los demonios- grita mi madre mientras le prepara unos brebajes de hiervas que huelen a Ángeles, canela, albahaca y papelón, salen por la ventana de la cocina a jugar con otros olores, con los que bañan otras demonias, de otra casas. Mamá dice que con estos olores estará más cerca de Dios.

Marina en su cuarto da vueltas como una gata, porque pronto llegaran sus amigas a buscarla y ella aun sin poderse escapar, porque esta vez Mamá le ha puesto muros infranqueables y a mí me ha mandado a dormir, para que no corra el riesgo de ser seducida por esa demonia. Lo que no sabe Mamá, es que cuando este grande quiero ser igualita a mi hermana.

Marina me ha dado a guardar su pañoleta verde, la violeta y sus pancartas por el derecho al aborto. Si mamá se las consigue en casa, se las quema y ¡ay! mi Dios la que se arma. Yo guardo aquel encargo, como si tratara de la piedrita de río, en forma de corazón que Papá me regaló antes de morir, o de las luciérnagas que guarda en un frasco mi primo el Gabo, y que a veces, muy a veces me deja ver.

Marina me ha dicho que Mamá lo que tiene es miedo y que la entiende, fue madre a los 16 años y además entre tanto golpe de la vida se refugió en la iglesia. Ahora cree que si pensamos distinto a Ella, iremos derechito al infierno.

Yo la escucho, no entiendo mucho pero la sigo con atención. Me gusta cuando habla de la liberación de la mujer, la soberanía del cuerpo, y bla, bla, bla… Termina todo discurso diciendo -¡contra el Patriarcado donde quiere que esté!- . Ya saben no entiendo mucho, pero quiero ser igualita a ella cuando sea grande.

Mamá ya ha terminado su brebaje saca demonios. Ha servido 3 tazas, ha puesto unas gotas de limón y una cucharada de miel. Nos llama a la cocina y nos da a beber. Yo bebo el mío muy rápido y subo a mi habitación, pues sé que a Marina le servirán toma doble y además debo cumplir con la misión que me ha encomendado.

Sus amigas aparecerán en breve y si ella no sube en una hora a su cuarto, debo sacar por la ventana la pañoleta violeta, que indica que se den una vuelta como de 40 min, y regresen a buscarla. Debo hacer un esfuerzo grande por no dormirme, pues el té saca demonios lo que te da es un sueeeño. Si a la hora Marina no ha subido a la habitación, significa que se ha dormido en el mueble de la sala, mientras mi madre le habla y entonces debo ondear la pañoleta verde, que significa, aborten la misión.

Marina se las juega toda, pero mamá la intuye y a veces le gana. En otras mi hermana aguanta y es Mamá la que termina dormida en el mueble, entonces le quitamos los lentes y le arropamos bien los pies para que no se despierte, porque deben saber que a las madres les gusta dormir con los pies calientitos, como un pan que recién sale del horno. Nos quedamos un rato mirándola, sintiendo más amor que nunca por ella. Luego le abro cuidadosamente la puerta a Marina –porque yo sé abrir la puerta con tanta delicadeza, sin hacer ningún ruido, tanto que Mamá jamás se ha dado cuenta- Pienso yo, o será que secretamente, se hace la cómplice de nuestras aventuras y nos deja ser un poco.

El otro día le conseguí a mamá un libro debajo de la cama que decía “Eva No Quiere Ser Para Adan”. Curiosa y ansiosa le eché un ojo, literalmente un ojo se me quedó pegado de sus páginas, porque desde ese día esperaba que Mamá saliera, para ir a leer ese secreto libro, que tanto resguardaba de nosotras. Ese libro narraba historias de mujeres prohibidas, quemadas, ahorcadas por locas, porque leían, escribían y curaban los dolores de otros y otras. Que ganaban guerras y se vestían de hombres para salvar sus vidas.

A partir de esas lecturas supe que mamá lo sabía todo, que como toda madre duerme con un ojo abierto y otro cerrado, pero que no quería que Marina muriera en la hoguera, o que la guillotinaran como a Olympe de Gouges.

Yo le quisiera decirle que eso ya no sucede, pero Ella descubriría que le urge entre sus cosas y que leí su libro que con tanto cuidado esconde debajo de su cama. Entonces la abrazo muy fuerte, para que ella sienta que no hay demonio que pueda con tanto amor y que Marina se junta con sus amigas justamente para espantarlos.

 

Ara

Septiembre 2019

Tinta Violeta

Asociación Civil Tinta Violeta | Colectiva feminista que realiza acompañamiento amoroso, investigaciones, talleres, sensibilizaciones, gestión de casos en VbG y desarrollo de proyectos

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