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Feministas venezolanas participan en la Escuela Feminista Berta Cáceres

Desde el pasado 12 de mayo, feministas venezolanas y residenciadas en este país caribeño participamos en la Escuela Feminista Berta Cáceres, un espacio virtual de la Marcha Mundial de Mujeres en el que hemos compartido reflexiones y experiencias de nuestros territorios con compañeras provenientes de diversos países del continente Abyayala.

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Tinta Violeta realizará “Tertulia de las Cuquitas”

El próximo sábado 4 de junio, a partir de la 1pm, en nuestra sede Tinta Violeta ubicada en la parroquia Altagracia de Caracas, se llevará a cabo la “Tertulia de las Cuquitas”, una actividad artístico-cultural en marco del Día Mundial de la Masturbación, celebrado el pasado 28 de mayo.

Comunicado Aborto legay y seguro

Comunicado | Criminalización del aborto: problema de salud pública y derechos humanos.

Nosotras, las organizaciones, colectivas, movimientos e individualidades feministas defensoras de los derechos humanos de las mujeres, las adolescentes y niñas, desde nuestros diversos posicionamientos sociopolíticos, coincidimos y unimos nuestras voces para develar que:
No existen argumentos científicos ni jurídicos válidos que sustenten la criminalización del aborto, prácticamente sin excepción, aún vigente en Venezuela.

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“Valeria”, una serie para nosotras

 

 

“Valeria”, una serie para nosotras

A muchas nos ha pasado que tenemos una tensión y atracción sexual muy intensa con un chico sexy. Nuestro deseo de estar juntxs es cada vez más fuerte. Sólo basta un simple encuentro, flirteo o intercambio de miradas para confirmarlo. Y cuando ese deseo se concreta con una visita de él a casa, mientras nuestra pareja no está, nos damos un golpe con la realidad. Las caricias son instantáneas, fugaces, casi inexistentes como un orgasmo masculino bastante precoz. En cambio, nosotras seguimos con las ganas, deseantes y decepcionadas de las expectativas que nos elaboramos, porque, realmente, la primera relación sexual con alguien no es tan perfecta o pasional como estamos acostumbradas a ver en las típicas películas o producciones televisivas. Esta reflexión podemos hallarla en un capítulo de “Valeria”, una serie española transmitida en Netflix, basada en las novelas de Elísabet Benavent y protagonizada por Diana Gómez, Paula Malia, Silma López y Teresa Riott.

Valeria es una joven, quien en Madrid debe enfrentarse al desempleo, los trabajos poco emocionantes, escribir una novela original al mismo tiempo que vive una crisis matrimonial y desamor junto a sus amigas Carmen, Lola y Nerea. La serie, que lleva el nombre de este personaje principal, también nos relata experiencias y peripecias sobre la vida sexual de una mujer casada, el placer femenino, la salida del clóset ante la familia, la maternidad no tradicional, la militancia feminista, las relaciones sexo-afectivas entre colegas, así como el machismo e injusticias dentro del mundo editorial. Además, la trama nos muestra que los noviazgos tienen un inicio y un final -como los trabajos que nos gustan o disgustan- y, muchas veces, estas situaciones afectan nuestra estabilidad emocional, laboral o económica. Sin embargo, las amigas de Valeria, pese a los conflictos, son la contención y expresión de sororidad, muy necesaria, durante su etapa profesional como escritora.  

La 1era temporada de dicha serie tiene 8 episodios y el próximo 13 de agosto se estrena la segunda parte de este filme entretenido, con frescas actuaciones y un guion comiquísimo que recomiendo ver a quienes ya casi estamos en el tercer piso de la vida.

Laura Cano

Tinta Violeta

Laura Cano | Activista feminista, Comunicadora Social, UCV. 

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“Akelarre”: una historia de sororidad y sexo

“Akelarre”, una película estrenada en Netflix que ha ganado popularidad recientemente. Su nombre de origen vasco hace referencia a la reunión de brujas que realizan rituales y hechizos en adoración al Diablo. Esta cinta cuenta la historia de las jóvenes Ana, María, Olaia, Katalin, Maiden y Oneka, quienes se dedican a labores comunitarias mientras los hombres trabajan mar adentro y están afuera del pueblo.

A las hermanas Ana y María, junto a sus amigas, les gusta elevar y dedicar cantos a sus maridos, novios y hombres de sus vidas. En los ratos libres, les encanta bailar en medio del bosque, reírse, echar los cuentos. Pero estas actividades son estigmatizadas y sentenciadas por el juez Rostegui, apoyado por el párroco de la comunidad. A ellas se les acusa de cometer crímenes, se les acusa de ser brujas.

La película “Akelarre”, dirigida por Pablo Agüero, ganó cinco premios Goya, entre los que destacan las categorías “Mejor dirección artística”, “Mejores efectos especiales” y “Mejor música original”, entre otros. La fotografía y dirección son excepcionales, se caracteriza por tener una buena iluminación y contrastes en todas sus escenas.

Este filme fue grabado en los bosques, costas y poblados del País Vasco, Euskal Herria, lugar en que tiempo atrás se caracterizó por padecer la cacería, feminicidios y juicios hacia mujeres, señaladas de “brujas”, por parte de la iglesia y la monarquía española durante el siglo XVII.

El diálogo y guión de “Akelarre” se presenta, al mismo tiempo, en vasco y en castellano; exponiendo así la resistencia de lenguas originarias, como ocurrió con el euskera, que ha sido históricamente prohibido por los reinados y dictaduras de España.

Asimismo, es una película que pretende visibilizar temas relacionados a cómo la sororidad da un viraje al destino de las protagonistas. Sin embargo, también expone algunas escenas sexuales, clichés y redundantes, que sólo buscan complacer la mirada masculina del espectador desde la postura comercial que asumen los creadores como parte de su narrativa, es decir, más que hacer crítica al símbolo y estereotipo de la bruja, que se refiere a la “puta”, “pecadora” y “mala madre-hija” en nuestra historia occidental, con “Akelarre” se sigue ratificando la idea de que las mujeres usan (usamos) el sexo como herramienta de manipulación para pervertir a los hombres, todo esto con el fin de conseguir la “liberación” femenina en un contexto fuertemente genocida donde las instituciones, moralmente correctas, nos juzgan, queman, asesinan o ejecutan. Así fue el desenlace simplista de la historia. Tal vez, por tal motivo no la vería dos veces esta película.

Pero, en síntesis, Akelarre, con “k”, es una producción audiovisual que intenta expresarnos la sororidad entre mujeres víctimas de las violencias directas del pacto patriarcal y el machismo. Inclusive, es un relato que, no explícitamente, te habla un poco sobre racismo, xenofobia y persecución hacia las comunidades y grupos sociales que alguna vez –aún- se rebelan en contra del sistema hegemónico.

     Aun cuando la película presenta algunas debilidades narrativas, hay elementos que sirven entorno a la necesidad de visibilizar al patriarcado y sus expresiones sistemáticas contra las mujeres. Es por esto que te recomiendo ver “Akelarre”, y más te recomiendo luchar como las nietas de las brujas que nunca pudieron quemar.

 

Laura Cano | Feminista, Comunicación Social UCV